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Quiero terminar con mi novio y no sé cómo ¿?
2023.11.29 05:29 Individual_Boat8404 Quiero terminar con mi novio y no sé cómo ¿?
Resumiré esto lo mejor que pueda.
Para dar un poco de contexto les comento que tengo 19 y a los 14 empecé una relación con una chica. Mi madre y padrastro estuvieron en desacuerdo porque son cristianos y hasta fui internada en un hospital psiquiátrico gracias a los daños tanto físicos como mentales que me causaron. La ley no hizo nada y yo tampoco hablé mucho sobre el abuso y pretendí seguir con mi vida como si nada.
Desde 2021 mi mamá estuvo hostigandome para conseguir un novio y cuando vi la oportunidad lo hice. Este chico es un amigo de la infancia, me lleva dos años. Su madre murió cuando estábamos en la escuela y se metió en drogas y cometió algunos delitos. Al cumplir la mayoría de edad se calmó. Aclaro que esto no lo sabía, me lo dijo luego.
Él me trata muy bien, es muy tierno y todo pero él es algo así como lo que dicen un "cholo" o "chata", así que en mi casa lo odiaron. Sabía que iba a pasar, era mi plan para que mi mamá no volviera a molestarme con conseguir un novio.
Tras inconvenientes graves con mi familia, me pidieron que terminará con él y les dije que no porque soy mayor de edad. No obedecí porque primero fue mi mamá la necia y ahora quiso controlar cuando terminó con mi novio. Controla todo. Por otro lado tenía lástima de él, dejó el cigarro, consiguió un buen trabajo y se independizó. Estaba haciendo las cosas bien. Por otro él me decía siempre que me escapara con él, y la idea fue demasiado tentadora. Compró una cama para los dos, todo en su departamento estaba amueblado para nosotros. Por último, lo usé para que me sirviera como terapia de conversión; cada que me acostaba con él, según yo, tenía menos atracción hacia las mujeres.
Llevamos más de año y medio y han pasado cosas que simplemente no puedo tolerar más. No quiere ir a terapia y me niego a vivir con alguien mentalmente inestable porque sería lo mismo que vivir en mi casa. No deja la marihuana , y no estoy en desacuerdo, pero me molesta el porqué lo hace. Lo hace porque no puede enfrentar la realidad. Su dependencia emocional es tremenda. Literalmente su estado de ánimo depende del mío. Hace planes a futuro y nunca ha preguntado si estoy de acuerdo. Le comenté mis planes como estudiar medicina o ir a visitar a mi familia en otro país y estuvo en desacuerdo y me trató algo mal. La última vez que lo vi prácticamente me exigió quitarme los pantalones para acostarse conmigo. Ese día tuve asco. Ya lo tenía desde antes porque claramente no me gusta él pero no pude más. Me dolió más que otras veces, hasta paró para preguntar si iba a llorar. No le dije que ese día no quería tener nada con él para evitar conflicto y porque su cumpleaños era al día siguiente.
Estoy harta de él, nunca lo quise. La presión de mi mamá, la presión de sentirme asqueada de mi sexualidad, la presión y hasta manipulación hasta de él me están volviendo loca. Ahora no sé si soy lesbiana, hetero, bisexual o qué putas. He estado teniendo rechazo a todo y siento que soy aroace pero me enferma tener etiquetas, simplemente no quiero salir con nadie porque de igual forma no puedo. Con una chica hubo problemas y con un chico los habrá también.
En fin, eso pasó hace unas dos semanas y desde entonces le hablo poco y no quiero hablarle más. Quiero terminarlo y sólo le doy excusas que me siento mal, que no es mentira del todo.
¿Estaría bien terminarlo en persona o por mensaje? ¿Es válido el porqué quiero terminar con él o yo soy una imbécil?
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Individual_Boat8404 to
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2023.11.29 04:27 Ok-Specific-8976 Estoy quiero dejar a mi novio por como me trata?
realmente quiero opiniones, para entrar en contexto daré ejemplos de cosas que he hecho, por ejemplo enviar a su mejor amiga al vestidor de mujeres. para mirar mi pecho y le dijiera si es grande o no, o minimizar mis emociones cada vez que me sentía mal porque estaba exagerando, una vez me llamó puta por querer usar un vestido negro ajustado que me llegaba a la rodilla. , una vez lo terminé al mes empezó a salir con una chica menor que él y luego se separaron y él me dijo que ella le había hecho un amarre una tontería, lo sé, pero... volvimos (aclaro que él es 2 años mayor que yo) Me gusta pintarme los labios por que soy muy pálida pero a él no le gusta el maquillaje entonces si me viera con lápiz labial me lo quitaría etc. Espero que entiendas como va mi relación. Sé que es malo pero mis amigas dicen que yo soy mala y estúpida por querer dejarlo después de todo lo que hizo por mí (nada) y que soy egoista por no pensar en sus sentimientos aclaro que el suffe de bajones emocionales osea que aveces se pone triste o enojado y se desquita en mi siempre lo e apoyado e intentado entender pero en estos momentos mi situacion emocional no es la mejor y el se enojo por que no le di atencion y me hace pensar, ¿soy demasiado exagerada? ¿Estoy mal? ¿Quizás soy demasiado dramática?estoy siento egoista? Por eso quiero su opinión, por favor den opiniones o críticas, cualquiera me sirve. Soy adolecente y me preocupa que quisas en realidad yo este mal y lo este dañando y no en realidad mis amigos tengan razon y sea una mala persona pero nose que hacer por eso pido opiniones o criticas
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Ok-Specific-8976 to
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2023.11.29 03:36 mracubaby Que tan normal es?
Todos mis amigos hablan como con 4-5 chicas por instagram,whatsapp etc, todos los días, incluso a veces se juntan y se ven con algunas. Yo tengo un problema el cual es el siguiente, me gusta el sexo pero no tengo ganas de todo lo previo ni animos de querer fingir interés en una persona solo para llevarla a la cama, que tan normal es esto? Por que cuando le cuento a mis cercanos les parece una locura que solo haya tenido relaciones una vez al año por culpa de esto.
Pero sinceramente creo que entre hablar con alguien 3 meses para salir a comer o tomar algo y gastar en un telo para tener un polvo mediocre, prefiero irme a una escort, mas barato y rápido, no requiere tener que hablar todo el tiempo.
A alguien mas le pasa o soy el unico con el trastorno?
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mracubaby to
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2023.11.29 00:23 Ill-Isopod3473 Minha libido tá me matando
Eu nunca fui assim, ultimamente ando com um tesão por todas as pessoas eu não queria estar assim, não sei o que fazer, sinto tesão nas amigas da minha namorada, tesão em pessoas q passam na rua, faculdade, na namorada, no bar, em qualquer lugar.
No fim eu me sinto um ridículo por isso, sinto que eu ando com um tesão imenso e nunca senti isso na minha vida, sexo pra mim sempre foi algo q não era prioridade em minha vida.
me sinto culpado por sentir tesão por outras mulheres namorando, ainda mais nas amigas dela. Cara me sinto nojento e não sei porque minha libido anda tão alta desse jeito.
Eu conseguia ficar anos sem sexo e agora qualquer coisa me da um puta gatilho de tesão.
Me ajudem por favor, eu não quero ser um potencial traidor. Tem menina que me dá mole, na facul etc e eu corto grosseiramente pra não deixar o tesão tomar conta. Isso é muito traicoeiro.
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Ill-Isopod3473 to
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2023.11.29 00:04 RamairoZurich ¿Vivimos en una sociedad?
¿Por qué cuando una mujer coje mucho es una puta y cuando un hombre coje mucho es un capo?
¿Por qué cuando una mujer es virgen no pasa nada y cuando un hombre es virgen es un fracasado?
No entiendo este tipo de contradicciones que por alguna razon todavía siguen existiendo. Criticar a alguien por cómo vive me parece estúpido, pero no le encuentro ningun tipo de sentido que la lógica de la crítica dependa del genero de la persona.
¿Alguno que no esté de acuerdo conmigo me puede argumentar la razón de que piensen asi?
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RamairoZurich to
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2023.11.28 20:34 Mry_Juanita TLDR Mi vida sexual murió y revivió, pero ahora tengo problemas con mi esposo. P2
Ésto que les cuento del desastre de mi vida sexual, pasó durante 6 años aproximadamente y llegaba a pasar una o dos veces al mes. Ya al último ya no tan seguido. Le puse un ultimatum a mi esposo para que no volviera a suceder y le prohibí que lo mencionara mientras estábamos juntos. Pero el sexo con él se volvió aburridísimo y horrible. Entre los golpes y las peleas por los tríos mi gusto por el sexo se terminó. Llegó un punto en el que odié el sexo. El sólo concepto de sexo me provocaba rabia. Mi esposo quería tener sexo yo ya nunca quería y le propuse que se buscara una novia. Ésto le ofendió muchísimo y tuve que tener sexo con él frecuentemente para que no me molestara. Aunque cada vez fue una cosa fea para mí.
Cómo dije al principio yo soy una persona muy sexual y me volví una amargada, me dió depresión, dejé de trabajar. Claro que lo del sexo era parte importante de todo lo que me sucedía, pero tantos problemas y golpes y experiencias feas con eso me terminó por fulminar anímicamente. Yo no amo a mi esposo de la misma manera, hoy veo a mi esposo que se siente mal o que se queja por algo y me desespera. No soy nada empática con él.
Llegó a principio de año la oportunidad de trabajar un poco retirado de la casa. Mi trabajo me llevaba como 12 horas del día y yo feliz. Porque estando en casa era estar con él 24/7. Porque trabaja en casa. Éste nuevo ritmo de vida me trajo alegría y me puso a reflexionar sobre mi vida y lo que yo quería. Empezé a actuar de forma diferente y encontré la alergia de nuevo. Otra cosa que sucedió es que empecé a notar las miradas y coqueteos de los hombres. Porque mi trabajo consistía en la atención al cliente y tenía mucho contacto con las personas. Pues empecé a sentir esa cosquillita de sentir deseo nuevamente.
Para éste punto mi esposo es una persona diferente. No hay más golpes. Las discusiones son muy escasas y él hace todo lo que puede para apoyarme y para que estemos bien. Es un buen hombre qué cómo yo cometió errores. Por eso es que pensé que podía arreglar lo de nuestra situación sexual, arreglándolo desde mi parte para poder estar bien y estar juntos. Pues mi solución fue buscar a uno de estos hombres que me llamaba la atención para tener algo casual con él. No quería una relación de amor. Solo ver si podía dejar mis traumas atrás y poder seguir con mi vida. Pues si resultó y me sentía más deseosa y otra vez como yo. Después tuve otro encuentro con otro hombre y también me gustó mucho. Y en casa las cosas iban mejorando porque ya podíamos tener sexo nuevamente mi esposo y yo.
Lamentablemente mi esposo se enteró de lo que pasó y le expliqué todo. Primero quería que nos separamos y después acepto que siguiéramos juntos. Pero las cosas no mejoraron. Ahora él me dice que lo destruí que está deshecho que no confía más en mi, pero que está dispuesto a hacer lo necesario para reconstruir la confianza en mi. De mi parte yo no trabajo más en ese lugar, otra vez estoy en casa y no he vuelto a saber de los hombres con los que tuve los encuentros. Pero me siento a reventar de deseo por estar con otros hombres y/o mujeres (solo sexo casual no relaciones afectivas). Hay un vecino que me hace sentir que me hierve la sangre. No me aguanto cuando lo veo y se que también le gustó. También hay un cubano divino que el puro recuerdo de su voz pe pone a punto.
No sé que hacer con todo este desmadre en mi vida.
Dejo a mi esposo que amo, pero que me limita. Eso sería lo más fácil, pero dejarlo y hechar por la borda una relación de tantos años sin luchar un poquito más. Aparte mi hija lo quiere como papá y no quiero destruir a nuestra familia. Aunque el reconstruir la confianza de mi esposo en mi, me esté costando muchísimo porque no para de recordarme lo mala que soy.
La otra opción es dejarlo y tener toda la diversión que quiero. Empezar de nuevo. Hacerme cargo de mi misma y buscar una vida mejor con mi hija. Pero si después de los años me doy cuenta que estoy sola y que él era el hombre para envejecer. Que cometí un error. A costa de mi felicidad de ahorita?
Me siento atrapada. Siento que no estoy aprovechando mi tiempo en mi otra vez. Anteriormente me equivoqué en no saber poner límites y ver por los demás en lugar de ver por mi y me costó muy caro. Será que ahora estaré cometiendo el mismo error? O ésta vez es necesario anteponer el bienestar de mi familia ? Buscar mi bienestar de la manera en la que lo hice tal vez no estuvo bien. Pero de verdad fue tan horrible? Soy la peor persona del mundo?
Ayuda por favor. Algún consejo.
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Mry_Juanita to
relaciones [link] [comments]
2023.11.28 19:23 OkCellist9241 Hacer amigos después de la pandemia
Hola! Hace rato quería escribir acá más que todo para desahogarme y también buscar consejos. Parece que la soledad es la que más ha causado efectos negativos en la salud mental después de la pandemia en muchas personas y lamentablemente no soy la excepción. En pandemia cambié de trabajo por lo cual lo que consideraba amistades se fueron distanciando, me cuidaba mucho de no ver a otras personas porque mi hermano es asmático y vivía con mis abuelos. Lo cual dificultaba más seguir con esas amistades. Otros amigos se fueron del país y eventualmente la relación también se perdió.
Actualmente soy una mujer independiente (24), tengo mi apartamento con mis cosas, tengo un buen trabajo, me considero una persona divertida y buena gente, me encanta cocinar para otros (postres principalmente). Pero me siento extremadamente sola.
Como hacen para hacer amigos actualmente? Que consejos me dan? Solo trabajo con gringos y actualmente no voy a la U entonces eso me dificulta aún más
La verdad me gustaría tener amigas o amigos con los cuales salir de vez en cuando, invitarlos a tomar café, ir a lugares o restaurantes bonitos.
Nota: tengo novio y con el claramente hago muchas de las cosas que menciono y aunque lo considero mi mejor amigo, siento que mi círculo social se limita a el y a mi hermana y eso no creo que sea sano.
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OkCellist9241 to
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2023.11.28 16:17 spicy_pierogi Mexican Temporary Residence Card
2023.11.28 16:04 LandscapeFluffy5945 Si la gente pasara por donde tuve que pasar ayer, una de las peores cloacas sociales de Bogotá; estaría agradecida con su vida y no estaría posteando maricadas como "terminé el colegio que me pagaron mis papás y no sé que hacer con mi vida, mi diprimí"
Ish, a veces es necesario un bañito de realidad para pensarlo mejor a la próxima vez de querer quejarse por huevadas. Tuve que hacerle un arreglo a la moto y me recomendaron un lugar de soldadura cerca a donde está ese sector de las motos en Bogotá (abajo de la 19 con Caracas, pero entre cuadras pailas).
Todos hemos visto el clásico indigente colombiano que está casualmente oliendo boxer, pero en esta ocasión vi un pelado, que pudo ser cualquiera de nosotros, es decir, alguien que creció en una familia relativamente normal pero tuvo alguna mala amistad o tomó alguna mala decisión. Completamente llevado, casi inconsciente, con cualquier pizca de humanidad completamente extraída de su cerebro y espíritu, un cascarón tambaleante de lo que alguna vez fue una vida, el hijo de alguien que ya no es; una conciencia que apenas puede subsistir pujando y dando sorbos tristes de aire que probablemente ya no pueden conectar su alma con la realidad.
Absolutamente nadie merece pasar por algo así. Vi al pobre chico y la verdad lo único que pude hacer fue llorar, sentí impotencia, rabia por los triplehijueputas que por poder aparentar tener una pinche Toyota están dispuestos a traficar una sustancia que puede destruir el espíritu y mente de alguien hasta convertirlo en un muerto caminante. Malditos sean, y malditos los que ensalzan y celebran la puta cultura traqueta. Si el infierno existe, y hay un lugar especial en este; espero que sea para ellos.
"Nadie lo obligó a meter mierdas" dirán algunos. Pero la verdad es que todo ser humano comete errores, y un mal paso no debería condenar a nadie a estar en ese estado. Es muy pero que muy lamentable.
Caminando otras cuadras vi prostitución, mujeres dispuestas a entregar su piel a las sucias manos de cualquier jíbaro mugroso, atracador o jalador de repuestos por $20.000 pesos. Muchas llevando de la mano a sus hijas a quienes seguramente condenarán a vivir la misma existencia. A pocos metros de allí una anciana arrastrando un triste costal con apenas 4 pedazos de cartón, a quien seguramente no le alcanzará para reunir lo del pagadiario para la noche que se avecina y tendrá que dormir en la calle.
La puta selva de cemento que es esta ciudad, y cualquier ciudad en general. No cambia, sigue igual que cuando a esos niños les decían "gamincitos" en los 70's y hoy día, para darnos un aire de inclusión social, les llamamos a esos gamincitos que ahora son adultos "habitantes en situación de calle".
Ni la futilidad de mis pensamientos y acciones ni las palabras y las teclas van a cambiar la situación. Orar tampoco. Pero de verdad, espero que la gente que es más inteligente que yo, que es mejor que yo, que estudió más que yo, que puede obtener mejores puestos e influencia que yo; pueda mejorar esto algún día.
Por ahora no me queda más que secarme la lágrima, mirar al suelo, decir "qué vaina", ser agradecido mil y un veces con lo que tengo y volver a mi rutinaria y simple pero maravillosa vida.
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LandscapeFluffy5945 to
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2023.11.28 04:05 Crazy-Election-7481 ¿Soyyoelmalo/a por no estar de acuerdo con el embarazo de mi hermana?
Contexto. Yo de 16 (mujer) y mi hermana de 18 (mujer), no hemos tenido una buena relación, ya que nuestras personalidades chocan demasiado, pero claramente hay momentos en los que nos llevamos bien. Mi hermana desde los 17 ha sido "independiente" ya que se fue a vivir sola, pero no sabia que esto le haría dejar la universidad para conseguir un trabajo y pagar el alquiler de un departamento, no veía nada imposible el hecho de trabajar y estudiar, pero hay que tener en cuenta que tenia varios animales, y la universidad era paga, y para personas como nosotros que apenas nos alcanza para terminar el mes ya es algo complicado, ademas yo siempre he sido una persona ahorrativa, por lo que siempre tenia dinero para emergencia o pequeños gustos que me , por el hecho de que tenia que alimentarse ella y a los animales y apagar el alquiler, pero ella siempre me decía que le prestara dinero, que en unos días me lo pagaba y así era o a veces se tenia que aplazar la fecha. A ella al quedarle difícil la situación, volvió a vivir con nosotros, pero luego se volvió a ir y actualmente vive con nosotros. (Mi papá y yo, ya que mi mamá falleció). También esta el hecho de que vivimos en un departamento muy pequeño y solo hay dos habitaciones, y como ella volvió a vivir con nosotros tan inesperadamente tiene que dormir en un sofá de la sala de estar. La cuestión es que nos dijo que estaba embarazada, y no me siento cómoda con esto, ya que ella quiere terminar su estudio universitario y al ser yo la única persona que se queda en la casa, siento que voy a tener que cuidar al bebé, o cuando ella y su pareja no tengan para pagarle las cosas necesarias van a recurrir a pedirme dinero. También creo que me siento así por el hecho de que mi hermana me golpeaba cuando eramos mas pequeñas, y tambien me insulta de manera silenciosa, por eso siento que el bebé le va a pasar algo similar. ¿soy la mala?
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Crazy-Election-7481 to
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2023.11.28 03:26 -Montse- Distribución de homicidios dolosos registrados en México durante el 2002, 2012 y 2022 por tipo de agresión y sexo
2023.11.28 03:03 No-Dependent604 Banda creen que estoy sufriendo estupro¿? Osea que me están manipulando
Mi novia tiene 18 años y yo 16 cumple los 19 en Julio y yo en 17 en noviembre ella sigue en la escuela está en su último año y a mi me falta un año más que ella para terminar bueno a lo que vamos bueno sonare un poco egocéntrico pero yo mismo me encuentro demasiado atractivo siempre que voy por la calle me miró en la espejo y sonrió porque se que soy hermoso también que no saludo a nadie en la calle si no veo que me saludan a mi primero ni esperen que yo les de la mano siempre me escriben muchísimas mujeres así que esto solo sirve para alimentar mi ego nisiquiera me interesan y me da asco que la gente fea me escriba es más no me gusta andar rodeado de personas poco atractivas por la calle me da vergüenza está es mi primera relación formal y le he hecho unas cuantas cosas cuestiónables por no decir que soy un hijo de puta cada vez que nos vemos es que ella se le escapa a la mamá porque no quiere saber de mi ni en pintura y me ha amenzado con llamarme a la policía que apunte para otro lado y que deje a su hija en paz cuando nos estábamos por ir del cine que no estuvimos besándonos y manoseando nos toda la película completa cuando salimos la note que se me estaba acercando demasiado y la aparte de mi cuando estábamos de camino montados en el Uber el tipo nos preguntó que somos y yo la negué enfrente de ella y le dije al Uber que éramos solo primos en estos días me dijo que le dolería muchísimo si lo abandonara y yo la iba a terminar en estos días porque se me puso a discutir la llamé y como que hay un Dios haya arriba que la iba a terminar ahí mismo si seguía con su lokera en la llamada que yo mujeres tengo demás a pesar de todo lo que he dicho yo la quiero muchoooo de verdad podría nunca le sería infiel y eso que tengo muchísimas oportunidades solo con una amiga de la infancia que siempre he querido y antes éramos un casi algo pero lo de nosotros es imposible en fin nunca le sería infiel
¿De verdad Alguien cree que una persona como yo se dejaría manipular? La mando al diablo 700 mil veces que le de gracias a Dios que yo le he dado la oportunidad de que sea mi primera novia pero la gente cree que el manipulado soy yo
La verdad es que en el fondo creo que soy un mal nv y que la trato demasiado mal preguntado le cosas que ni al caso y una que me empezó a discutir la iba a mandar a la vrg trato de mejorar por mi y por ella no solo soy una cara linda la primera vez que fui a su casa parece que ella había hablado de su mamá conmigo y lo primero que me dijo la mamá cuando me vio me dijo así que tú eres el tal(mi nombre)Romántico Detallista fue como me definió su madre tengo una personalidad atrapante literal llegó a los lugares y me hago amigo de todo el mundo cuando iba a las fiestas iba solo y llegaba con una banda de más de 10 personas
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No-Dependent604 to
RedditPregunta [link] [comments]
2023.11.28 00:11 carrotslayer5 Engañe a mi novia, no quiero perderla
Este es mi primer post. Se que no lo merezco, se que no merezco perdón y no hay razones para justificar lo que hice
Tuve 2 años de relación con una chica, la amo más que a nada, todo el tiempo le reafirmaba a ella y al mundo lo feliz que era a su lado, en muchas ocasiones salí a fiestas o hubo otro contexto para cometer una infidelidad, pero jamás flaquee ante eso, rechazaba, ignoraba o me iba del lugar, el fin de semana pasada bese a otra chica, fue un beso rápido, pero me escribió y continúe mensajeando. Mientras lo hacía me sentía muy arrepentido, pero no pude parar a tiempo, no buscaba sexo ni nada por el estilo, pero no podía parar. Mi chica se dio cuenta, de inmediato me dejo, pero la convencí de pensar las cosas un mes.
En el pasado he sufrido de trastornos que no me han permitido vivir una vida plena, desconfianza, miedo, odio, estoy lleno de esas cosas por situaciones extremas que atravesé, creí que podría con ello solo, pero no pude, al final fui el mismo tipo de persona que al principio, solía dar asco, y cambie mucho en mi porque amo a esta mujer.
He buscado ayuda profesional, libros, post, consejos, me aterra que en su mayoría las personas recomiendan no dar una segunda oportunidad, de verdad la amo y de verdad jamás lo volvería a hacer, acepto mi responsabilidad y debo respetar su palabra como la ultima decisión, pero no quiero perderla, que debería hacer?
Por favor, entiendo que en la mayoría de los casos quien comete infidelidad lo hace dos veces o ni siquiera le importa, pero no quiero perderla, haría lo que fuera por ella, estoy muy arrepentido
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carrotslayer5 to
Desahogo [link] [comments]
2023.11.28 00:04 carrotslayer5 Engañe a mi novia, no quiero perderla
Este es mi primer post. Se que no lo merezco, se que no merezco perdón y no hay razones para justificar lo que hice
Tuve 2 años de relación con una chica, la amo más que a nada, todo el tiempo le reafirmaba a ella y al mundo lo feliz que era a su lado, en muchas ocasiones salí a fiestas o hubo otro contexto para cometer una infidelidad, pero jamás flaquee ante eso, rechazaba, ignoraba o me iba del lugar, el fin de semana pasada bese a otra chica, fue un beso rápido, pero me escribió y continúe mensajeando. Mientras lo hacía me sentía muy arrepentido, pero no pude parar a tiempo, no buscaba sexo ni nada por el estilo, pero no podía parar. Mi chica se dio cuenta, de inmediato me dejo, pero la convencí de pensar las cosas un mes.
En el pasado he sufrido de trastornos que no me han permitido vivir una vida plena, desconfianza, miedo, odio, estoy lleno de esas cosas por situaciones extremas que atravesé, creí que podría con ello solo, pero no pude, al final fui el mismo tipo de persona que al principio, solía dar asco, y cambie mucho en mi porque amo a esta mujer.
He buscado ayuda personal, libros, post, consejos, me aterra que en su mayoría las personas recomiendan no dar una segunda oportunidad, de verdad la amo y de verdad jamás lo volvería a hacer, acepto mi responsabilidad y debo respetar su palabra como la ultima decisión, pero no quiero perderla, que debería hacer?
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mexico [link] [comments]
2023.11.27 22:40 ForeverAnsioso algun promiscuo que de tips para encontrar bandidas ¿?
Como saben, las relación estables de pareja son como encontrar una mujer virgen y la verdad mi objetivo solo es tenee sexo sin compromiso. Tengo opciones, pero sinceramente no me gustan, quiero probar con gente nueva, obvio mujeres. Intente apps de citas, pero en Bumble no ha caido nada y en Boo solo ghostean, pensaba en thinder peero, no se. El problema es que no soy alguien de fiestas, ni tengo amigos la verdd jajaja y pues, matarme a pajas ya no es tan chido
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ForeverAnsioso to
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2023.11.27 22:21 BridgeHoliday345 La primera fiesta en el cuerpo de mi mamá.
| Es increíble como nadie se ha dado cuenta que en realidad soy Daniel, no la señora Ana, una mujer madura de 47 años. Ni siquiera puedo creer que mi hermana me creyo qué me sentía mal y me tuvo que ayudar a maquillarme y vestirme. No puedo creer que estoy usando hasta el calzón de encaje rojo de mi mamá, el mismo que vi mil veces tendido y ahora lo estoy usando, su bra, sus aretes su collar uff incluso su perfume, no puedo dejar de verme, y que los demás me vean es increíble como no hay hombre que no me voltee a ver, seguro es por las nalgotas que se carga mi mamá y uff se siente pesada mi cara por tanto maquillaje pero no puedo dejar de verme y sacarme fotos en el espejo, espera... 👀 No me digas que esa es mi ex novia Jessica, hija de puta no solo le basto con dejarme y robarme todos mis ahorros, sino que también anda con el pendejo de Isaias, ese we ni si quiera está medianamente guapo, pero tengo que disimular, ahora soy una mujer madura y no puedo hacer nada... Espero que estos tacones no me cansen tanto, apenas esta empezando la fiesta... submitted by BridgeHoliday345 to bodyswapEsp [link] [comments] |
2023.11.27 16:06 eliot_zea La Kantina 98 – Feminismo: un movimiento crítico (Parte 2)
5.LAS IMPLICACIONES DE LA ADSCRIPCIÓN DE GÉNERO DE LAS MUJERES A partir de esta visión sintética de algunas características del movimiento feminista. paso a tratar en las siguientes líneas alguno de los dilemas a los que en la actualidad se enfrenta. Hay que considerar que emergen como producto de varios factores: de los cambios que la lucha feminista propicia en las mujeres por el acceso a nuevos derechos, en su subjetividad, en la distinta forma de percibirse a sí mismas y por lo tanto de situarse ante la vida; de cambios genera les de las estructuras sociales; finalmente también por la acumulación de experiencias y maduración del movimiento. El resultado es la aparición de nuevos retos ante una realidad de las mujeres que es y/o se percibe más compleja, y que urge revisar y readecuar estrategias, discursos y propuestas.
Uno de los aspectos que resultan conflictivos es la distinta interpretación de lo que supone para las mujeres su adscripción de género. Comenzaré haciendo una breve referencia a algunos argumentos que se sitúan en los extremos de un amplio abanico de posiciones (de los que existe abundante literatura) presentes en polémicas y propuestas feministas actuales (Alcoff, 2002).
Por un lado desde posiciones que derivan del “feminismo cultural” (corriente que surge en EEUU en la década de los 80, siendo Katheleen Bary y Adrianne Rich algunas de sus autoras más conocidas) se establece la existencia de una naturaleza femenina definida bien por la condición biológica y su proximidad a la naturaleza al ser generadoras de vida, bien por su sexualidad, o por diferenciaciones culturales fuertemente interiorizadas. Independientemente de estas diferencias en su definición, se la considera provista de valores femeninos como la ternura, entrega, paciencia y espíritu pacífico, asociados a su función maternal, a una sexualidad diferenciada, o a su capacidad relacional. Es la represión de estos valores por la cultura masculina, es decir la negación de su naturaleza, lo que origina la opresión. El objetivo del movimiento es desarrollar esa cultura femenina frente a la masculinidad que se sitúa como el verdadero problema. Mujeres y hombres constituyen de este modo dos colectivos con intereses opuestos e identidades homogéneas que, en algunas versiones se consideran innatas y en otras adquiridas, pero en ambos casos se definen como identidades homogéneas y estables. El género es lo determinante para todas las mujeres, y a partir de las características generalizables que establece se presupone la existencia de uniformidad en sus experiencias (al igual que entre los hombres) lo que permite hablar de unidad natural entra las mismas. Sobre ésta debe basar el feminismo su estrategia pues las diferencias entre las mujeres, aun reconociéndolas, no se consideran relevantes para la propuesta feminista al debilitar esa unidad que el género establece.
La consideración de una naturaleza femenina y los valores a ella asociados, así como la consiguiente política de revalorización de la diferencia como lo propio de las mujeres, son planteamientos compartidos por el llamado “feminismo de la diferencia”, que surge en Italia y Francia, siendo Luisa Murazo, Luce Irigaray, Milagros Rivera algunas de sus autoras. Esta corriente, que aparece en confrontación con el feminismo de la igualdad, si señala como significtivas las diferencias entre las mujeres pero las sitúan en el mundo femenino que define su existencia diferente al de los hombres y en el que debe circunscribirse la actuación del feminismo.
La polémica con estas posiciones se ha producido tanto en el campo de la teoría como en el de la práctica del movimiento. Situar como objetivo político revalorizar “lo femenino”, entendido como lo que hacen y representan las mujeres, tiene sin duda un efecto positivo al dar fuerza a las propias mujeres al verse así reconocidas. El problema es convertirlo en el centro de la política feminista, pues reivindicarlo sin someterlo a crítica, es decir tal y como hoy se manifiesta, es aceptar lo adjudicado por la cultura patriarcal y que tan útil resulta para justificar situaciones de opresión; por otro lado, a mi modo de ver, dificulta la posibilidad de alterar su significado dominante, porque la utilidad de las argumentaciones depende no sólo del valor que tengan en sí, sino del contexto discursivo en que se formulen. En momentos se requiere poner en primer plano la revalorización, por ejemplo, del trabajo de cuidados para darle visibilidad y reconocimiento social, pero en otros puede servir de excusa para, asociándolo a las supuestas cualidades femeninas, asignar la obligatoriedad social de cuidar a los demás, lo que en la historia de las mujeres ha estado asociado a sumisión, dependencia y límites a su libertad.
Por otro lado, mantener que las diferencias entre mujeres y hombres son innatas, deriva en cierto esencialismo que, aparte de otras consideraciones, plantea la imposibilidad de cambio en los propios hombres. Pero además contemplar la pertenencia al género femenino como lo único realmente significante para las mujeres, es decir dar por buena la exclusiva identificación de las mujeres como miembros de un grupo social definido por su pertenencia de género, lleva a un tratamiento abstracto de las mujeres que dificulta la comprensión de su diversidad y de sus cambios. Prescinde del hecho de que las identidades individuales de las mujeres no están determinadas sólo por su pertenencia al género sino también por otras adscripciones sociales: de clase, raza, sexuales, etc. que interactúan con él, y generan necesidades, prácticas e identidades sociales mucho más complejas. Nadie es sólo mujer. Además, puede llevar a posiciones normativizadoras puesto que, de hecho, formula una propuesta de lo que debe ser la mujer en función de la naturaleza que la define, sea esta de origen biológico, sexual o cultural.
A la reflexión sobre todo ello ha contribuido extraordinariamente la aguda crítica formulada al movimiento por las feministas negras y las feministas lesbianas, calificándolo de excluyente por reflejar sólo la realidad de una parte de las mujeres: las blancas y heterosexuales, y no incorporar sus particulares perspectivas y necesidades.
En el otro extremo se sitúan las posturas que, influidas por el post-estructuralimo francés (Lacan, Julia Kristeva, entre otros) y por la revisión que introduce el post-modernismo, buscan precisamente lo contrario: restar relevancia a lo que el establecimiento del sistema de géneros representa, minimizar su significado y por tanto relativizar las categorías mujer y hombre al considerar que cualquier categoría identitaria es normativa y excluyente. Así, aún reconociendo las diferencias que la asignación de géneros establece entre mujeres y hombres, consideran que el objetivo del feminismo es quitarles valor político y partir del valor de las experiencias singulares de cada mujer, dando un tratamiento más complejo a la subjetividad. Abogan por tanto por identidades contingentes que no permitan establecer una definición de lo que es la mujer ni por tanto, hablar en su nombre.
Estos planteamientos han tenido un efecto positivo pues ayudan a formular una crítica a cualquier veleidad esencialista y, por tanto, a las políticas normativizadoras que de ellas se derivan: así como a situar la centralidad que para el feminismo debe tener el acercamiento a la construcción de la subjetividad. Pero también implican problemas de fondo. Privar, como se hace, al análisis sobre la situación de las mujeres de la perspectiva de género significa prescindir de analizar y actuar sobre el conflicto que representan las prácticas sociales de subordinación y discriminación que, pese a los cambios logrados, persisten en nuestra realidad, así como de los elementos de identificación que establece, por contingentes que sean. Al obviar cualquier otra categorización social y considerar determinante la experiencia de cada mujer, introduce cierto relativismo y una visión acrítica sobre las ideas y procesos sociales que subyacen a dichas prácticas. No me refiero con ello a la práctica que muchas mujeres inician ajena a cualquier consideración feminista, pero que deriva en experiencias de defensa de espacios de libertad; sino a las que se enfrentan a la autonomía de las mujeres y afianzan la subordinación, o fundamentan relaciones de poder entre las propias mujeres, aspectos que, en distintas versiones, desarrolla el movimiento femenino de derechas.
Desde un punto de vista político, no todo es igualmente relevante para el proyecto feminista, pues la especificad de la experiencia de una mujer no garantiza su valor político so pena de caer en lo que las feministas mexicanas llaman “el mujerismo”. Cuestionar, someter a crítica experiencias, intereses y procesos sociales que subyacen en dichas prácticas resulta fundamental para formular un discurso crítico y propuestas de cambio.
Por otro lado, si no es posible ninguna consideración de las mujeres como colectivo, y se prescinde de la discriminación sexista, dejan de resultar pertinentes las reivindicaciones específicas e incluso el propio movimiento y la propuesta resulta paralizante para la acción feminista, dificulta la crítica social y la conceptualización de la opresión como un proceso estructurado (Young, 2000).
6. PROTECCIONISMO/AUTONOMÍA SEXUAL La disyuntiva que plantan estas posiciones se refleja, con sus particularidades, en un campo tan relevante para la teoría y práctica feminista, como es el de la sexualidad, al ser un elemento central en la identidad de mujeres y hombres. Por un lado se establece una oposición entre la sexualidad masculina: agresiva, violenta y genital, y la femenina que por el contrario se describe como suave, sensual y no genital. La violencia sexual estaría pues intrínsecamente unida a la naturaleza violenta del varón, por lo que combatirla se convierte en el eje de la política sexual del movimiento.
En el otro extremo están las posiciones que se limitan a reconocer y dar por válidas las distintas prácticas sexuale, haciendo del placer el único eje de intervención feminista y por tanto dejando de lado las relaciones de poder a las que la sexualidad no escapa.
Diversas autoras (Vance, 1989) han llamado la atención sobre algunos problemas que plantean estas posiciones. Por un lado sobre la tentación de establecer un nuevo modelo sexual, necesariamente normativo, al definir a partir de generalizar una parte de la conducta sexual de algunas mujeres cómo deben ser sexualmente todas ellas, y por tanto negando sus distintas manifestaciones de deseo, fantasías y experiencias sexuales. Y por otro lado, el obviar que la sexualidad, aun presentando cierta autonomía respecto al género, es una construcción social y por tanto susceptible de modificación.
Una política que sólo se centra en el peligro, la violencia sexual, lo hace aparecer tan determinante que excluye cualquier otra posibilidad de actuación que no sea la protección frente al deseo masculino, y deja de lado el discurso del placer, de la autonomía sexual de las mujeres. Pero enfatizar sólo el placer y prescindir del peligro supone ignorar las relaciones de poder en las que se inscribe la sexualidad y el modelo sexual dominante. Al feminismo no le queda otra que transcurrir entre la tensión del placer y el peligro, y aunar la lucha contra todas las expresiones de violencia sexual junto con la defensa del placer, la autonomía y libertad sexual de las mujeres.
7. LAS DIVERSAS IDENTIDADES DE LAS MUJERES La reflexión y reorientación práctica que suscita asumir la diversidad parte de considerar, en primer lugar, que el sexismo se manifiesta en distintas realidades culturales, económicas y sociales por las que discurre la vida de las mujeres: es decir que, aunque la subordinación de género es común, no son necesariamente idénticas las formas en que se concreta, como tampoco lo son los procesos que tiene que levantar el feminismo en cada lugar del mundo para enfrentarse a ellas. Requiere por tanto un feminismo situado histórica y culturalmente.
En segundo lugar, la ubicación social en función del género tiene distintas implicaciones en la subjetividad de las mujeres. Indudablemente genera elementos comunes a partir de experiencias compartidas de exclusión y discriminación, por más variados que sean los ámbitos en los que se producen: la percepción que se tiene de las diferencias biológicas, sentimientos compartidos de injusticia, lo que representa la asignación de las tareas relacionales y la diferente forma de organizar la vida que implica, o la empatía que produce la búsqueda de espacios de libertad personal, cualesquiera que sean estos y las formas de hacerlo. Pero dicho esto, no se puede afirmar que todas tienen necesariamente las mismas experiencias: no todas las mujeres sufren agresiones, ni todas son madres, o heterosexuales, ni proceden del mismo país; los mismos problemas se pueden vivir de distinta forma, o en distintos momentos; y los sentimientos que una misma situación provoca pueden ser muy diversos, como lo son los recursos que tienen para enfrentarse a ella.
El género no define por tanto un modo de ser estable y universal pues la identidad de las mujeres es diversa y compleja en la medida que actúa en una pluralidad de contextos sociales. El feminismo por tanto se enfrenta al reto de acoger e interpretar la variedad de formas que adopta el ser mujer. Esos interés e identidad cambiantes de las mujeres también convierte en más compleja, y algo desestabilizador, la acción del movimiento.
Un ejemplo que puede resultar ilustrativo de los problemas que plantea articular en la práctica la diversidad lo encontramos en la dificultad de las leyes para atender realidades tan complejas. La ley integral contra la violencia de género hace de la denuncia de las mujeres el centro neurálgico de intervención, dejando por tanto fuera del acceso a los recursos sociales, laborales y económicos a quienes no optan por la vía judicial como camino de resolución del conflicto. Pese a que el número de denuncias ha ido en aumento sigue representando tan sólo el 5% de las mujeres que sufren malos tratos por parte de su pareja o expareja. Las mujeres no denuncian por muy distintas causas: por miedo a la reacción del agresor; porque no confían en la justicia al ver los prejuicios y la imprudencia con que actúan algunos jueces dejándolas en una situación de mayor riesgo por no adoptar en tiempo y forma las medidas cautelares necesarias; o bien porque no quieren judicializar su caso, quieren acabar con la violencia que viven, pero no que “el padre de sus hijos” acabe en la cárcel. La denuncia es fundamental en muchos procesos de violencia, pero no acoge a todas las mujeres, y al no contemplar la enorme complejidad de los itinerarios vitales de las mujeres, las deja fuera del amparo de las medidas públicas.
Otro tipo de problemas derivan de negar la diversidad. Es el caso del tratamiento de las demandas de las trabajadoras del sexo. Dejando a un lado el intenso debate que suscita, me remito a lo que ellas plantean, porque las prostitutas han tomado la voz y plantean cosas muy distintas. Se atiende a quienes desean dejar la prostitución y denuncian las mafias que las fuerzan mediante engaño y coacción a trabajar privadas de libertad y en condiciones prácticamente de esclavitud. Pero desde distintas Administraciones y sectores del feminismo se niega la voz, incluso su propia existencia, a quienes autodefiniéndose como trabajadoras del sexo afirman que la prostitución no siempre es producto de la coacción, que no lo es en su caso y quieren continuar trabajando como prostitutas. Sin dejar de cuestionar el modelo sexual heterosexista y la progresiva mercantilización de cada vez más aspectos de la vida, resulta evidente que no abordar la estigmatización social que recae sobre ellas y defender sus derechos es situarlas en los márgenes de una legalidad donde se produce mayor indefensión y abusos.
Y por último quisiera señalar un tercer tipo de problemas: la deriva discursiva y práctica de victimización permanentemente de las mujeres (que obviamente no significa dejar de actuar sobre situaciones de opresión y desigualdad). Me refiero al reiterado tratamiento de las mujeres como sujetos pasivos de la dominación masculina, necesitadas de permanente tutela y protección. Este enfoque muchas veces va en detrimento de su consideración como sujetos activos, capaces, incluso en situaciones tremendamente duras, de desarrollar habilidades para formular sus deseos y exigencias, en base a su capacidad ética para decidir sobre su vida. Este discurso que encuentra un particular rechazo entre las mujeres jóvenes.
8. JUSTICIA SOCIAL E IDENTIDAD CULTURAL Establecer si las mujeres ganan más con políticas en las que la diferencia sexual se hace irrelevante o por el contrario en las que constituyen el fundamento de cualquier propuesta; reclamar medidas específicas, proteccionistas, formulando derechos específicos o medidas que partan de un trato igual a hombres y mujeres bajo el paraguas de los derechos generales no deja de ser una discusión pragmática. Las distintas argumentaciones y medidas pueden tener más o menos interés y eficacia para lograr cambios dependiendo de muchos factores: de la oportunidad del momento, dónde esté situado el debate de partida en la sociedad, la dinámica de lucha en la que se inscribe la reivindicación, y cómo se valora la situación de partida de las mujeres. En este sentido no se puede obviar que, tras más de treinta años de presencia activa del feminismo los cambios logrados en la sociedad y en las propias mujeres no han sido lineales y han generado distintos niveles de autonomía económica, sexual y social.
Visibilizar y dar valor al trabajo de cuidados que realizan las mujeres es de justicia, pero si esta afirmación no se inscribe en una dinámica de justicia social en la que se exija la redistribución de los recursos y la responsabilización de los hombres y los gobiernos, caería en corroborar la identificación del cuidado con lo femenino como si fuera algo inamovible. Su sentido no es afirmar la división del trabajo en función del sexo, sino al contrario tratar de desestructurarla.
En un momento dado puede ser viable la exigencia de medidas proteccionistas como son las de acción compensatoria o discriminación positiva en el ámbito laboral (dejo a un lado la discriminación positiva en la representación política pues incorpora elementos que lo hacen más complejo, como la representación de grupo en el terreno de las ideas). Se parte de una situación de desigualdad profunda y prolongada y se enfrentan a las resistencias de un empresariado anti-igualitrista y preconstitucional. A mi modo de ver se trata de medidas puntuales, evaluables y modificables en función de la eficacia y efectos producidos.
Sin embargo y acercándonos a otro tema de actualidad, la defensa de la custodia compartida, al igual que la exigencia de un permiso de paternidad propio por el nacimiento de un hijo o hija, se basa en el objetivo de lograr generalizar lo que hoy resulta una práctica minoritaria: que los hombres asuman la paternidad social, facilitando que la maternidad deje de ser un handicap en la vida de muchas mujeres, condicionando su desarrollo personal en otras facetas personales y laborales, sin por ello lesionar los derechos de las mujeres que por haberse dedicado al cuidado de hijos e hijas se encuentren sin recursos propios ante una separación y por tanto requieran medidas específicas.
Enfrentarse a estos dilemas es un estímulo y plantea nuevas tensiones al movimiento feminista a su práctica diaria, al enfoque de las reivindicaciones, y a su estrategia.
No dar por lógica y natural la unidad entre las mujeres no implica negar la existencia de elementos comunes, supone tratar de articular las diferenciar para ir trabando esa unidad y el diálogo entre las distintas experiencias y prácticas feministas y priorizaruna política de alianzas sobre las propuestas y reivindicaciones que se formulan desde las distintas organizaciones feministas.
Requiere también desarrollar políticas y discursos que integren el reconocimiento de cierta identidad cultural de las mujeres, la búsqueda de su reconocimiento social en tanto que tales junto con políticas de justicia social e igualdad que permitan romper lo que el género determina, enfrentarse a las desigualdades y discriminaciones que genera la cultura patriarcal, las estructuras sociales y económicas.
“Soy demasiado inteligente, demasiado exigente y demasiado ingeniosa para que alguien pueda hacerse cargo de mí por completo. Nadie me conoce ni me quiere del todo. Sólo me tengo a mí misma” -Simone de Beauvoir
9. Preguntas sugeridas - ¿Qué es el feminismo?
- ¿Cómo construir o accionar en conjunto desde la diversidad de los feminismos? Es decir, trabajar juntas aunque no pensemos igual.
- ¿Que impacto ha tenido el movimiento feminista en el América Latina?
- ¿Cómo interactúa el feminismo con otras luchas emancipadoras? ¿Y hasta dónde pueden trabajar en conjunto?
- ¿Cuáles son los objetivos del feminismo?
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2023.11.27 16:05 eliot_zea La Kantina 98 – Feminismo: un movimiento crítico (Parte 1)
Artículo publicado por Justa Montero, Asamblea Feminista de Madrid.
1. LAS MUJERES: SUJETOS DE UN CONFLICTO
El movimiento feminista surge ante la necesidad de actuar sobre un arraigado conflicto, que atraviesa a la sociedad, determinado por el hecho de nacer mujer o varón. Si bien el análisis sobre el origen y las consecuencias de la subordinación de las mujeres ha dado lugar a distintas teorías, y en ocasiones a infructuosos debates, parto de la consideración de que es sobre esa diferencia biológica inicial como se articulan los procesos que otorgan poder a los hombres sobre las mujeres y generan discriminación y desigualdad que se manifiestan social, cultural y económicamente. Se trata por tanto de un conflicto que conforma una de las características estructurales del actual modelo de organización social.
La categoría “género”, acuñada por el feminismo, remite precisamente al carácter social y cultural del proceso por el que se atribuyen características y significados diferenciados y jerarquizados a mujeres y hombres, constituyendo estereotipos que varían geográfica y temporalmente, sobre lo que es y debe representar nacer varón o mujer. Sin embargo, conviene señalar que al generalizarse el uso de este término, con frecuencia se vacía su contenido crítico integrándolo en discursos políticos, académicos, de ONGs y medios de comunicación, en los que no siempre designa relaciones de poder y procesos sociales de discriminación. Esta última es la acepción que utilizaré a lo largo del texto.
El conflicto al que me he referido requiere y define un nuevo sujeto social, las mujeres, que vertebran y protagonizan el discurso y la acción colectiva de denuncia y contestación a los límites que a su libertad establece la sociedad patriarcal, en una dinámica de transformación profunda de la sociedad. El movimiento feminista que da expresión a este sujeto se configura a partir de un doble proceso: el personal e individual por el que, de muy distintas formas (todas ellas necesarias, valiosas y legítimas), se rebelan contra aspectos particulares de su condición y manifiestan las situaciones que viven y perciben como injustas; y la dinámica colectiva que genera la identificación de unas con otras, la voluntad de actuar colectivamente contra el sistema de prohibiciones y exclusiones que las encierra en identidades impuestas y la necesidad de abrir nuevos horizontes en sus vidas. Esta acción conjunta, basada en una interpretación de los deseos y necesidades de las mujeres, configura una identidad colectiva e inestable, que va a estar permanentemente mediada por las múltiples individualidades, identidades diversas y cambiantes de las mujeres, de sus experiencias, criterios y prácticas. Porque es a través de su propia acción como el movimiento va a ir definiendo y redefiniendo su identidad colectiva, su ideología y sus reivindicaciones (De Miguel, 2000). Y esta doble dimensión: individual y colectiva, le otorga singularidad al movimiento y una enorme fuerza al situarse como referente para muchas mujeres.
Por último, aunque pueda parecer una obviedad, considero imprescindible destacar el carácter plural del movimiento, de su teoría, práctica y realidad organizativa, frente a cualquier visión dogmática, pues no existe una única forma de analizar y representar la subordinación de las mujeres. El feminismo no es un dogma (Agra, 2000) ni un proceso acabado; no dispone de una teoría y proyecto cerrado ni de una práctica preestablecida. Se trata de un movimiento social crítico que, a partir de su intervención concreta, se sitúa en permanente confrontación y diálogo con la realidad social y con su propia evolución interna. En este proceso va a desarrollar su capacidad para examinar y poner de manifiesto sus propias tensiones.
2. LA MULTIDIMENSIONALIDAD DE LA CONTESTACIÓN FEMINISTA
Hacer frente a las causas y manifestaciones de la subordinación requiere identificar y actuar sobre los muy diversos mecanismos por los que la sociedad jerarquiza la diferencia sexual y afianza una asimetría que se traduce en relaciones de poder muy precisas. Así, tanto la lucha por reformas y mejoras concretas como la crítica y propuestas de transformación más radical, lleva a transitar por la familia, la escuela, las leyes, el modelo sexual, las prácticas sociales, las relaciones personales, la subjetividad, la economía, las instituciones representativas, y un largo etcétera.
La multidimensionalidad y transversalidad de sus ámbitos de actuación es otro rasgo relevante del movimiento. Siendo el género un elemento de organización social, las propuestas feministas no se pueden circunscribir a un solo campo, sea éste el económico, social, cultural o político, por más que resulte necesario avanzar en cada uno de ellos. Es más, no se puede prescindir de la forma en que interactúan pues en todos ellos se manifiesta la adjudicación y jerarquización de los géneros (Frasser, 1996). Ninguno de ellos por sí solo explica ni la naturaleza ni la profundidad de la opresión de las mujeres, por tanto, los análisis que hacen recaer en la economía o en la cultura la causa primigenia de la subordinación limita o distorsiona el alcance y el éxito de las propuestas de transformación. Por tanto, identificar los mecanismos por los que la diferencia sexual se traduce en posición de subordinación para las mujeres, requiere una visión interactiva del funcionamiento social y cualquier alternativa debería articular el conjunto de factores de esa compleja realidad.
A modo de ejemplo sirva el análisis de la relación de las mujeres con el mercado laboral. Su participación en el trabajo asalariado es un elemento fundamental para su autonomía económica a la vez que una fuente de sobreexplotación laboral y discriminación social. Para constatarlo valga la referencia a algunos datos actuales: en el Estado español el salario medio de las mujeres es entre un 25% y un 33% inferior al de los hombres, su tasa de paro es siempre superior, la de ocupación siempre inferior, y la feminización de un sector de la economía lleva aparejada su desvalorización social y la reducción relativa de sus salarios.
Pero la explicación a esta situación no se encuentra en los requisitos de un sistema capitalista basado en la apropiación de la fuerza de trabajo de las personas, pues de ser así sería indiferente que fueran mujeres u hombres quienes trabajan. La existencia de formas de explotación específicas y diferenciadas, en función del sexo, hay que buscarla en la integración de los imperativos económicos del sistema en la búsqueda del máximo beneficio, con lo que se ha llamado el sistema sexo-género, que hace funcional al sistema la separación entre producción y reproducción, entre el trabajo asalariado y el trabajo doméstico y de cuidados.
La opinión recogida en las encuestas, que de forma generalizada es favorable al reparto del trabajo doméstico y de cuidados, no se acompaña de un cambio similar de comportamientos: el 83% de quienes cuidan a personas dependientes son mujeres, y el aumento de la participación masculina en el trabajo doméstico ha sufrido una variación mínima en los últimos diez años. Este anacronismo se sustenta en elaboraciones e interpretaciones culturales y simbólicas que atribuyen a las mujeres cualidades como la paciencia o la capacidad de sacrificio, que al presentarlas como atributos propios y naturales establece la idea de su mayor idoneidad para el trabajo de cuidados, y enmascara la división sexual del trabajo que subyace. De esta forma se legitima su inestable, precaria y discriminatoria participación en el mundo laboral, y el perverso efecto de vuelta, al servir de justificación para que las mujeres sigan responsabilizándose del trabajo doméstico. La conciliación de la vida familiar y laboral parece ser privativa de las mujeres (en el año 2004, “por razones personales”, 379.500 mujeres tuvieron que abandonar el mercado laboral). El fenómeno de la “doble presencia” en lo público y lo privado, se convierte en un elemento de conflicto y escisión de la propia vida de las mujeres.
De todo ello se deduce que, junto con la lucha por reformas y cambios concretos en la exigencia de igualdad laboral (acceso, salarios, formación) una estrategia de cambio real implica también el reparto del trabajo reproductivo con los hombres y la responsabilización del Estado en garantizar recursos públicos. Pero también muestran la necesidad de cambios estructurales que apunten a la reorganización de la producción y la reproducción, es decir a la propia organización social. Sin ánimo de ser exhaustiva entre esos cambios cabría citar: los tiempos de trabajo y de ocio, las estructuras de convivencia, la estructura de la ciudad, la distribución de recursos naturales, sociales y económicos, la socialización de los valores que las mujeres aportan por su experiencia relacional y de cuidados, y el cambio de las políticas económicas neoliberales.
En definitiva, se trata de modificar la propia conceptualización del trabajo, identificada sólo con empleo, para incorporar el trabajo doméstico y de cuidados, y ampliar la idea de productividad social incluyendo las tareas de reproducción, atención y mantenimiento de los seres humanos, lo que obliga a una nueva idea de lo que representa y requiere la sostenibilidad de la vida (Carrasco, 1999).
3.PENSAMIENTO CRÍTICO
El feminismo es también un pensamiento crítico. Sus objetivos de transformación obligan a actuar en el terreno de las ideas a fin de subvertir arraigados códigos culturales, normas y valores, así como el sistema simbólico de interpretación y representación que hace aparecer normales comportamientos y actitudes sexistas, que privilegian lo masculino y las relaciones de poder patriarcal. En este contexto el feminismo desarticula los discursos y prácticas que tratan de legitimar la dominación sexual desde la ciencia, la religión, la filosofía o la política. Por ejemplo, el fundamentalismo de la Conferencia episcopal formula un modelo de sometimiento sin fisuras posibles e inscrito en la familia tradicional y la negación de la libertad para las mujeres; tampoco hay que olvidar los distintos discursos populares o institucionales que estimulan en el imaginario colectivo la idea de la supremacía masculina. Esta afirmación de virilidad resulta un elemento de identidad de los hombres ante la percepción de una superioridad maltrecha por el cambio de las mujeres. Afortunadamente en los últimos años empiezan a aparecer públicamente nuevos referentes de masculinidad a raíz de la activa y comprometida actitud de algunos hombres en el rechazo a la violencia sexista.
La frase que en su día formulara la pensadora francesa Simone de Beauvoir “mujer no se nace, se hace”, ilustra el empeño que guió y guía al feminismo por rechazar el determinismo biológico que de forma reiterada y con renovados discursos sustentan las teorías que asocian a los hombres con la cultura y a las mujeres con la naturaleza. Desde todas las teorías feministas, independientemente de su posterior concreción, se formula una fuerte crítica a la acepción androcéntica de categorías supuestamente universales y aparentemente neutras que han sido el soporte del pensamiento de la modernidad: desde el sujeto y la historia, pasando por la libertad, ciudadanía, democracia y justicia, al contemplar el mundo, los acontecimientos y los sujetos sociales desde la centralidad del varón, propiciando por tanto la identificación de las personas con los hombres y de éstos con los sujetos universales portadores de derechos (Amorós, 1997, Varikas). La formulación en positivo de estas categorías, una vez realizada esa de-construcción, es el centro de las controversias y tribulaciones del feminismo moderno.
El feminismo aporta al conjunto de la sociedad un prisma singular desde el que analizar y ver el mundo, porque las mujeres constituidas en sujetos activos cuestionan e interrogan a la sociedad y a ellas mismas sobre lo que son, lo que hacen, sobre la organización social y el mundo que les rodea. Realizan de este modo un proceso colectivo de reinterpretación de la realidad, de elaboración de nuevos códigos y significados para interpretarla, para lo que construyen términos con los que nombrar los nuevos fenómenos que el feminismo destapa: acoso sexual, maltrato doméstico, violencia conyugal, doble jornada.
4. ¿LO PERSONAL ES POLÍTICO?
En el marco de esta sucinta caracterización del movimiento quisiera apuntar la profunda transformación que el feminismo ha provocado en la relaciones entre los ámbitos en los que discurre su acción: el público donde concurre lo que se considera de interés general, y el privado, entendido como el ámbito de lo personal. El tratamiento de la relación entre ambos es de sumo interés ya que estos espacios no sólo designan ámbitos sociales, sino que actúan como términos que otorgan o quitan legitimidad a intereses, opiniones y problemas. Son espacios a los que se asignan distintos valores y funciones y, como incisivamente han planteado algunas autoras, a los que incluso se aplica éticas diferenciadas: la ética de la justicia basada en la imparcialidad y reciprocidad que rige lo público y la ética relacional del cuidado que se proyecta en lo privado. Esta separación, como se ha visto en el ejemplo del trabajo, resulta enormemente funcional para la construcción de los estereotipos de feminidad y masculinidad que siguen operando hoy, aunque no tan rígidamente como hace unos años debido a las fisuras introducidas por el movimiento.
Ahora bien, lo que pertenece a uno u otro espacio no es algo dado ni tiene fronteras establecidas, es producto precisamente de una confrontación política e ideológica en la que intervienen actores con distintos intereses sociales y económicos. El movimiento con su actividad ha modificado esas fronteras y ha establecido el ámbito social como el terreno en el que se dirime lo que pertenece a un espacio u otro y por tanto lo que es de interés colectivo y requiere una participación pública y política. De este modo se introducen importantes fisuras en una de las dicotomías más fuertemente desarrolladas por la modernidad: la que separa lo privado y lo público. La consigna que levantó en los años 70 ”lo personal es político”, sigue teniendo vigencia, aunque haya que liberarla de algunas interpretaciones excesivamente lineales. Permite ampliar su espacio de actuación y hacer que necesidades derivadas de una vida privada en la que se manifiestan relaciones de poder amparadas en esa privacidad, adquieran legitimidad por su carácter social, poniendo además en evidencia los procesos de exclusión que tienen como origen la separación entre el espacio público y el privado.
Pero, como mencionaba, también actúan otros actores que presionan en sentido contrario. Desde planteamientos liberales, y en el contexto de crisis del Estado del bienestar, se busca reprivatizar las necesidades y recuperar una privacidad que necesariamente cercena la libertad de las mujeres. Se entra así de lleno en la pugna por la redefinición de lo que el feminismo ha formulado. Hay algunos ejemplos que considero significativos, aunque evidentemente más complejos de lo que aquí se puede reflejar.
En el contexto del debate sobre la ampliación de la limitada despenalización actual del aborto, aparecen propuestas que vinculan la aceptación de la decisión de la mujer como motivo para abortar, a su exclusión, por tratarse de una opción personal, de cualquier financiación pública. Sin embargo, la lógica debiera ser la contraria: puesto que es un derecho no se puede privatizar más bien al contrario se debería garantizar su ejercicio sin limitar el acceso a la sanidad pública.
Otro ejemplo. En el debate sobre la configuración de un Sistema Nacional de atención a las personas dependientes preocupa en el feminismo que se establezcan mecanismos que institucionalicen la figura de la mujer cuidadora de su familia. Instituir esa figura como una vía de solución a la actual crisis de los cuidados supone transferir los costes y la responsabilidad en la creación los servicios públicos necesarios al ámbito privado, es decir, a las mujeres en la familia. Un dato significativo en este sentido es que se prevé que para el año 2010 habrá más mujeres cuidadoras que plazas de Centros de Día y Residencia juntas.
En definitiva, no existe una frontera nítida y estable entre lo privado y lo público, ni tampoco existe una norma sobre cómo tratar los aspectos de la vida privada que pasan a la escena pública: qué aspectos hay que regular, sobre cuáles se debe legislar y cuáles tienen que resolverse en el ámbito estrictamente social. En este sentido las leyes y medidas institucionales no pueden considerarse en sí mismas la solución del conflicto, y mucho menos en detrimento de la acción y la movilización social como instrumento para transformar la realidad. La historia del movimiento feminista en el Estado español es ilustrativa en este sentido.
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2023.11.27 14:38 Ok_System6457 Mujeres, ¿Descartarían una relación con un vago que haya estado con una escort?
La cosa es así, tengo 28 ya los 23 debuté con una escort, ya que era tremendo virgo, y siguiendo los consejos de un amigo, me dijo que ayudaría a mi trauma con las mujeres si tenia un encuentro íntimo con una. Como ya se imaginan por medios convencionales no me era posible, asiqué no me quedo otra que garpar una acompañante (fue una sola vez ).
El tema es que me da inseguridad que esta "mancha" en mi pasado pueda afectar mis futuras relaciones, tipo si me pongo de novio con una mina media conservadora, me pueda cortar al momento de decirle esto (Tal y como nosotros los hombres, en la mayoría de los casos, dejaríamos a una mina si nos enteramos por ejemplo, que tuvo o tiene only fans).
Aclaro: Estuve 2 años en una relación con una chavona pero ésto no le importo tanto porque era bastante open minded y tenía también un pasado medio turbio. Igualmente quería escuchar mas puntos de vista!
Desde ya gracias por las opiniones :)
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2023.11.27 05:55 Gold_Shallot_1690 Lena literally the Definition of a prostitute.
2023.11.27 05:00 160302 ¿Me estoy conformando o no valoro lo que tengo? ¿
Soy mujer (21) y estoy con mi novio (22) hace tres años y seis meses. Nos pusimos de novios en pandemia y al principio yo estaba loca por el, lo extrañaba mucho, hablábamos todos los días de muchas cosas y nos hacíamos detalles como cartas y regalos dulces. El primer y segundo año de relación fueron buenos, tuvimos sólo peleas superficiales. El me acompañó durante la muerte de mi mama y yo había perdido a mi grupo de amigos tambien asi que estaba muy vulnerable y dependiente. El año pasado, el tercero, tuvimos unas peleas porque yo veía likes suyos en fotos de chicas en ropa interior, a el eso le enojo y me dijo que no significa nada. Arreglamos las cosas y continuamos. Yo noté que el ya no tenía detalles conmigo, a veces no me escribía ni buen día ni buenas noches, sumado a esto nos veíamos poco porque teníamos exámenes y yo me planteé realmente cortar. Al final lo solucionamos y yo le dije que necesitaba que fuera más atento conmigo para que yo me sintiera amada realmente. El antes me escribía cartas, hacía regalos aunque sea pequeños, y yo quería que algo de ese romanticismo vuelva. Seguimos saliendo y fue todo bien, el me regaló flores en San valentín y una carta en mi cumpleaños. Nos vemos todas las semanas y nos llevamos bien. Deje de darle importancia a lo de los detalles, porque realmente ya no le nacen, comencé a salir más con amigos nuevos, siento que finalmente deje de ser tan dependiente y eso mejoro la relación. Sin embargo hace poco encontré que seguía dando me gusta a fotos sugerentes de otras chicas, lo hablé con el y me pidió disculpas, me dijo que el no se quiere separar y que para el no significaba nada pero que entiende porque para mi si. Ahora seguimos de novios y siento que no tenemos ningún problema pero a la vez yo estoy insegura sobre si seguir de novia o no. Por un lado lo quiero muchísimo como persona, el es bueno, inteligente, gracioso y conectamos muy bien en ese sentido. Pero por el otro siento que dejé de sentirme querida por el y a él tampoco le importó mantener la “llama” viva, hacemos siempre las mismas cosas, me había prometido irnos de viaje pero no consiguió trabajo por ende tampoco dinero.. casi nunca salimos y si lo hacemos quien planea soy yo, y se que a él no le gusta del todo salir. Al principio de la relación paseábamos por la ciudad bastante pero el ahora ya no quiere hacer eso, me dice que es algo suyo (me ha dicho que es porque está bajoneado), pero sólo estamos en su casa. Y por otro lado el sexo esta bien pero ya no lo veo igual de atractivo que antes. La verdad no se que hacer, estoy cansada de no estar 100% segura de si la relación va hacia algún lado o si solo perdemos el tiempo. Tengo miedo de aferrarme a algo por lo que alguna vez fue y no permitirme experimentar más. Pero si finalmente terminamos tengo miedo de haber cometido un error idealizando la primer etapa de la relación siendo que nos amamos. Me da miedo no volver a conectar con alguien así, pero a la vez estoy en mis 20s, siento que no debería conformarme y que todavía puedo amar mucho más y ser amada mas también. Siento un poco de culpa planteándome todo esto, el no sabe nada y no creo que sospeche tampoco. Recurro a esto porque no se si quiero hablarlo con el, siento que si finalmente decidimos seguir la relación estaría dañada. ¿Se supone que cuando amas a la otra persona no necesitas que haga nada para seguir haciéndolo? Todo consejo y experiencia es bienvenido.
Resumen: Siento que ya no es lo mismo con mi pareja pero a la vez lo sigo amando. Tengo miedo de perderlo y arrepentirme pero a la vez estoy en mis 20 y quiero saber si me estoy conformando solamente. Es mi primera relación seria.
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2023.11.27 03:42 Vecthor2011 Aquellos en contra del Feminismo actual minimizan o ignoran problemas reales.
No soy un fan del Feminismo actual y mucho de lo que hacen me parece nefasto. Pero los problemas que señala el movimiento son reales y series, pero aun así muchos solo por ir en contra de las feministas los minimizan o incluso afirman que son falsos. Un ejemplo seria el acoso, fingen que solo son quejonas y que no es tan malo, pero no es así, y simplemente nunca han sido acosados; Otro ejemplo es la brecha salarial, he oído en internet que es una estupidez y que no existe, pero, si bien es ilegal discriminar por el sexo, aun así las mujeres ganan menos. Y lo mismo pasa con los feminicidios y violaciones.
Entiendo que apoyes o no el movimiento feminista actual, pero los hechos son hechos, la verdad es la verdad y debemos aceptarlo.
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Vecthor2011 to
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